¿Merecerán la pena los imanes integrados en el nuevo Samsung S26?

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¿Merecerán la pena los imanes integrados en el nuevo Samsung S26?

La evolución de los dispositivos móviles de Samsung para el cierre de este diciembre sigue generando debates sobre la utilidad real de sus nuevas especificaciones técnicas. Una de las filtraciones más comentadas gira en torno a la inclusión de imanes integrados en el chasis de la próxima familia de dispositivos, una característica que permitiría la compatibilidad directa con accesorios magnéticos sin depender de elementos externos. Sin embargo, para el usuario promedio que protege su terminal con una carcasa, esta novedad técnica podría resultar poco relevante. La industria de accesorios ya suple esta carencia mediante fundas que incorporan esta tecnología, por lo que el cambio a nivel de hardware solo supondría un beneficio tangible para aquellos que prefieren utilizar el teléfono sin ninguna protección adicional. El verdadero avance de calado tecnológico se encuentra en la implementación del nuevo estándar Qi2.2, una actualización que trasciende la simple alineación magnética. Esta mejora introduce un incremento sustancial en la potencia de la carga inalámbrica, permitiendo que el modelo Ultra alcance finalmente los 25W, mientras que sus hermanos menores se situarán en los 20W. Se trata de un salto necesario que optimiza los tiempos de alimentación energética y garantiza una mayor consistencia en la transferencia de electricidad. En conclusión, aunque la llegada de los imanes al cuerpo del dispositivo es una adición cómoda, el impacto real en la experiencia diaria vendrá determinado por la velocidad y eficiencia del nuevo sistema de carga, independientemente de si el usuario decide ocultar el elegante diseño del terminal tras una funda protectora.

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