Cuba es una isla, pero ese no es único motivo que hace que esté aislada. Hasta hace muy poco el
Internet que existía en la isla caribeña se asemejaba más al que comenzamos a tener en España allá a principios de los 90. Ahora por fin parece que la conexión es del siglo XXI, esto es, de
alta velocidad, aunque todavía estrictamente limitada.
Hace dos años que Cuba invirtió 70 millones de dólares, gracias al gobierno de Hugo Chávez, en la instalación de una fibra óptica. La semana pasada se activó la red de Internet de alta velocidad por primera vez en la historia de la isla. Algo que sin duda nos haría pensar que representa un paso hacia la modernidad y apertura, pero todavía no. Hasta que llegue este momento vamos a tener que esperar unos cuantos años más. Por ahora, los beneficios de este servicio quedará limitado a un número de la población.
El problema se encuentra en que todavía Cuba no ofrece la infraestructura necesaria. El sistema actual se basa en una tecnología obsoleta, esto es, en módems dial-up y en conexiones de satélites irregulares. Pocos o casi ningún hogar presenta el cableado necesario para acceder a la banda ancha. Según el gobierno cubano, en 2011 solo 2,6 millones de los 11,2 habitantes tenían acceso a Internet. De esos 2,6 millones la mayoría suelen hacer referencia a espacios públicos como escuelas, bibliotecas y cafés. Y, por supuesto, el Internet es tan solo un servicio de consulta de correo electrónico por motivos laborales. ¿Os imagináis a estas alturas solo poder consultar nuestro correo electrónico a través de una conexión dial-up? A mí personalmente esto me parece una salvajada.