TomTom y el GPS interno de los Nokia

[Harry]

via xatakamovil

Desde que Nokia anuncio su intención de comprar la empresa de cartografía Navteq, y TomTom la de adquirir Teleatlas, esta claro que ambas compiten por el mercado de la navegación GPS en el móvil.
Los últimos modelos de Nokia con sistema Symbian, por ejemplo el N95 o el 6120 6210, incluyen un chip GPS interno. TomTom publicó a mediados del 2007 la ultima actualización conocida de su software de navegación, que admite receptores GPS bluetooth pero no reconoce al interno del móvil. Aunque está prevista la nueva versión 7 de TomTom, es muy probable que esta siga sin admitir los GPS internos de los Nokia, por la rivalidad que comentaba antes. Así funcionan las grandes compañías.



Los usuarios no piensan como las empresas y desde hace tiempo aparecieron en la red “parches” que prometían activar el uso del GPS interno, cuando en realidad no eran mas que virus y troyanos camuflados. Se buscaba aprovecharse de la buena fe de los usuarios de TomTom que querían evitar usar un GPS externo y terminaban con un virus en su ordenador. Hasta hoy.
En Symbian, debido a los cambios que introdujo la plataforma de seguridad, el acceso a los datos del GPS interno mediante código nativo requiere que la aplicación vaya firmada. Sin embargo es posible acceder de forma mucho más sencilla con Java.
Ha aparecido en la red un parche, que mediante la utilización de una utilidad en Java, permite usar el GPS interno de los Nokia en el programa de navegación de TomTom. El proceso de instalación es bastante sencillo y los únicos inconvenientes son que hay que tener en funcionamiento la utilidad Java y seleccionar el dispositivo GPS interno cada vez que ejecutamos el TomTom.
Creo que todo este “culebrón” muestra una vez más que cuando las empresas no ofrecen lo que los usuarios quieren, son estos los que acaban creando sus propios productos. En aplicaciones móviles, por las limitaciones del medio, cada función es muy importante. No es lo mismo que en el escritorio, donde es normal pagar por un programa del cual apenas utilizamos el 50 por ciento de sus posibilidades. En el móvil no. Si hay una función útil que no se implementa, al final acabará haciéndola la competencia o, como en este caso, los propios usuarios.