MANANTIAL DE AMOR (Oración y meditación para católicos)

[rovertovilla]

Digno de admiración aunque yo no soy creyente.

Saludos y buen trabajo

[Pumbyto]

Evangelio de este domingo. San Lucas 21, 34-36

«Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra.
Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.»




Esto es lo que no quiere el Señor para nosotros, sus queridísimos hijos:

El libertinaje, que significa ser nuestros propios dioses, no obedecer los mandamientos amorosos de Dios y el respeto que se le debe por su dignidad y su amor de Padre bueno. Significa hacer lo que cada uno quiera y que cada cuál dicte su propia moral, sus propias leyes sobre lo que considera bueno o malo. No es así, hay una moral, hay un bien y un mal, y si queremos hacer bueno lo malo, nos engañamos, y si queremos hacer malo lo bueno, nos engañamos. La moral no es relativa sino absoluta. Dios no es cualquiera que lo quiera ser, sino sólo uno, Dios.

La embriaguez, que significa borrachera. No se refiere solamente a la embriaguez de alcohol sino de cualquier otra cosa que nos arrebate, que nos haga evadirnos de la vida lúcida y equilibrada, como es el embotamiento por los placeres. El sexo es santo, la comida es santa, las diversiones y el ocio durante los descansos son santos, pero dentro del fin para el que fueron creados y en su justa medida. El abuso y degeneración de los placeres rebaja al Hombre, lo envilece y lo animaliza. Lo asemeja a un cerdo revolcándose en el fango, arrastrado únicamente por su instinto básico animal de huída del dolor y deseo del placer. Por eso a los demonios se les representa muchas veces como cabezas de animales. Dios quiere la dignidad de la persona para cada hijo suyo, como todo buen padre.

Las preocupaciones de la vida. La persona preocupada, estresada... revela una falta de fe en Dios, de esperanza en que Dios proveerá. Hay que vivir las preocupaciones del día presente, no las del siguiente -como enseña Cristo-Dios en el Evangelio-, y siempre sabiendo que Dios proveerá lo que Él vea que es bueno para nosotros, a veces cruces amargas y otras veces momentos de solazamiento y satisfacción, entretanto llegamos al Cielo, la felicidad absoluta y eterna tras este valle de lágrimas, como rezamos en la Salve. "Omnia in bonum", todo es para bien. Hágase Tu Voluntad, Padre mío, porque Tú sabes más que yo. Como dijo nuestra Madre: "he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".

Termina diciendo: "Estad en vela... para que podáis estar en pie frente al Hijo del Hombre". Dios nos está mirando ahora mismo, no obramos o pensamos para nosotros mismos, sino que tenemos un espectador que es Dios, que reacciona sonriendo o entristeciéndose ante cada acción buena o mala de su hijito querido, de cada uno de nosotros. El último día será maravilloso para los buenos hijos, y terrible para los malos que han traicionado a su Padre y han hecho sufrir a sus hermanos. Todavía queda tiempo hasta que nos llegue la muerte, y la Sagrada Confesión todavía está a nuestra disposición gracias a la Sangre de Cristo vertida por Amor por cada uno de nosotros en particular. Llegará el día -y suele venir antes de lo que pensamos y queremos- en que ya no sea posible rectificar, el día de nuestra muerte.

[Pumbyto]

Un asesino camino de los altares.

Jacques, ruega por nosotros para que sepamos resurgir, para que sepamos que podemos vencer nuestras miserias y bajezas con ayuda de Dios, y para que tengamos claro que cualquier persona puede volver a Dios con un corazón sinceramente arrepentido y dolido por el pecado, porque el Señor le perdonará siempre, haya hecho lo que haya hecho. No olvidemos nunca que en la persona más repulsiva o que peor nos caiga del mundo por cualquier razón, hay un hermano nuestro, un hijo de Dios por el que Jesús dio la vida en la Cruz y que puede llegar a ser santo si quiere.

Jacques Fesh, francés, había sido condenado a muerte por un grave delito que había cometido. Un día de octubre de 1954, se encontraba en la cárcel y estaba especialmente triste. Sentía que su vida estaba vacía. Él dice: En ese momento, como pidiendo ayuda, grité desesperado: ¡Mon Dieu, mon Dieu! (Dios mío, Dios mío). Y, al instante, como si Dios estuviera presente a mi lado, esperándome, una paz inmensa me subió hasta la garganta… La alegría me invadió y sentí una gran paz. En pocos instantes, todo se hizo claro y sentí una alegría sensible y fortísima. Fue una conversión instantánea. Dios le había contestado con su inmenso amor, cuando más hundido y desesperado se encontraba.

El día de su ejecución en la guillotina (1-10-1957) escribió: Faltan cinco horas. Espero al Amor. Ha sufrido tanto por mí… Dios es amor. Tengo los ojos fijos en el crucifijo y mis miradas no se apartan de las llagas del Salvador. Quiero conservar su imagen en mis ojos hasta el final. Recitaré el rosario y las oraciones de los moribundos y, después, pondré mi alma en las manos del buen Dios. Dentro de cinco horas, veré a Jesús .

Jacques Fesch murió como un santo. Su Diario es tan impactante que el mismo cardenal Lustiger, arzobispo de París, desea iniciar su proceso de beatificación.

[Pac-Man]

A pesar de regirme por las leyes de la ciencia, no por la religión, y respetando las creencias de cada persona, tu post es digno de admiración, coincidiendo con rovertovilla.

Saludos, y muy buen curro!

[Pumbyto]

El pecado nos destruye, va en contra de nuestra dignidad y felicidad aunque momentáneamente nos seduzca y nos proporcione placer o bienestar a corto plazo. Por eso está prohibido por Dios, por nuestro bien. El odiar y no perdonar, el rechazo hacia Dios, la falta de veneración a los padres, hacer daño a los demás, hacer daño a uno mismo atentando contra la propia salud o degenerándose, el omitir la ayuda que podríamos ofrecer a nuestro prójimo... Todo ello nos deja el alma podrida y repugnante ante los ojos de quien pudiera verla, y sobre todo ante los ojos de ese Padre que nos ama tanto como para dejarse matar en la Cruz por nosotros.

El remedio para el pecado es la oración a la Virgen María y el amor a Dios para no volver a ofenderle, además de la decisión de poner los medios para no caer. Y el remedio para el pecado ya cometido es la confesión con un sacerdote con un buen propósito de enmendarse.


Cómo confesarse




Una canción de Youtube sobre este tema, a ritmos poco habituales en música religiosa.

[Pumbyto]

Muchas gracias, Pacman92 y rovertovilla. Da gusto y es un honor el que visitéis el hilo. Un saludo

[Pumbyto]

Se aproxima la festividad de nuestra santísima y queridísima Madre, la Inmaculada Concepción.

Cuando la pequeña Bernardette Soubirous le dijo al párroco de su pueblo que se le aparecía una señora, éste le pidió que le preguntara quién era. En aquellos días la Iglesia había elevado a dogma de fe lo que ya se suponía y sabía desde hacía mucho, el que María hubiera sido preservada del pecado original ya en el mismo seno de su madre, en su concepción, milagro divino para crearla completamente virginal en todos los sentidos y que pudiera ser digna Madre de Dios. Un escalofrio estremeció al sacerdote cuando Bernardette le dijo que ya se lo había preguntado a la señora, y que le había dicho algo que no entendía bien: que era la Inmaculada Concepción.

"¿Qué se puede decir sobre María? Baste decir que es digna madre de Dios. Enmudezca aquí toda lengua". (S.Luis Monfort de Grignon)

Una bellísima canción:

[Pumbyto]

Tiempo de Adviento.
"Preparad el camino al Señor, enderezad sus sendas, arrepentíos" (San Juan Bautista).






Mercy on me. Cristina Aguilera.

Señor, ten piedad de mi alma
porque he seguido el camino de pecado
Estoy humillada y arrodillada ante ti.
Señor, ten piedad de mí, por favor.

Ohh sí

Jesús, tengo que confesar
que en mi soledad
te he abandonado y he pecado
esparciendo los restos de una persona destrozada.

Podría decirte lo que he hecho
¿O debo decir sólo lo que hice mal?

Bueno, tan sólo empezar
mi decepción, el camino del diablo
va creciendo más fuerte cada día.

Oh Señor, ten piedad de mi alma
porque he andado un camino de pecado.
Así que voy a ponerme de rodillas
¡Perdón! Rogad para que Él me libre.
Señor, ten piedad de mí, por favor

Madre María, llena eres de gracia
En mi debilidad he perdido la Fe,
he sido descuidada y me han advertido,
pero ya el demonio dentro de mí está muriendo.
Dios bendiga a todos los hombres que he despreciado.

Oh Señor, ten piedad de mi alma
Porque he seguido el camino de pecado
Así que voy a humillarme de rodillas ante ti.
¡Perdón! Rogad para que Él me libre.
¡Señor, ten piedad de mí, por favor!

Woah, sí, sí woaa
Woa, sí, sí, oh, oh
Oh-oh yeah yeah yeah, ohh

No me dejes que pierda el tiempo.
Envía a tus ángeles para que me guíen a través de la puerta.
Bueno, ya he ido a confesar mis pecados
Y te pido que no me dejes caer en la tentación.
Estoy tan perdida... Necesito que me ayudes a enmendar mi vida.

Oh Señor, ten piedad de mi alma.
Oh, estoy rogándote, pidiéndote, necesitándote...
Quiero que sepas
que estoy humillada de rodillas ante ti.
Oh Dios mío, necesito tu perdón,
necesito tu perdón.



Lord have mercy on my soul
For I have walked the sinful road
That I'm down on my knees
Lord have mercy on me, please

Ohh yeah

Jesus, I must confess
That in all my loneliness
I've forsaken and I've sinned
Leaving fragments of a man so broken

I could tell you what I've done
Or should I tell you where I went wrong?

Well the more that I start to play
My deceitful, evil ways
Keep on growing stronger by the day

Oh lord have mercy on my soul
For I have walked a sinful road
So I'm gonna get down on my knees
Beg forgiveness to help set me free
Lord have mercy on me, please

Mother Mary full of grace
In my weakness, I've lost faith
I've been careless, and I have been warned
And the devil inside me is torn
God bless the men that I have scorned

Oh lord have mercy on my soul
For I have walked the sinful road
So I'm gonna get down on my knees
Beg forgiveness to help set me free
Lord have mercy on me, please

Woah, woaa yeah yeah
Woa yeah yeah oh oh
Oh-oh yeah yeah yeah, ohh

So don't let me fool around no more
Send your angels down to guide me through that door
Well I've gone and confessed my regrets
And I pray I'm not held in contempt
I'm so lost, and I need you to help me repent

Oh lord have mercy on my soul
Oh I'm begging, I'm pleeding, I'm needing
I want you to know
So I'm down upon my knees
Oh lord, I need forgiveness
I need forgiveness from you

[Pumbyto]

Entrevista a Amada Rosa, modelo y actriz que descubrió el camino de la virtud y de la Verdad. Ahora se siente inmensamente feliz y se arrepiente de su vida pasada. Nos recuerda el valor de la virginidad y se lamenta de haberla perdido por la inconsciencia de su juventud. Hoy vive llena del amor de Cristo y de confianza en la Santísima Virgen. Nos cuenta su interesantísima vida desde el principio, su conversión y cómo se encontró a sí misma en el Señor.

[Pumbyto]

[Pumbyto]

Impresionante. Lo que me hace más gracia es que gente que no estaba preparada se acaba uniendo.

[Pumbyto]

El cantique de Noel, uno de los villancicos más bonitos que se han escrito.





SUGERENCIA: Un regalo sencillo para estas navidades, barato y estás regalando lo mejor. Un portarretratos con la imagen de la Divina Misericordia. A mí me ha salido por 4 euros y medio, la imagen se puede comprar en una librería religiosa y el marco en una tienda multiproductos.


"Pinta una imagen según el modelo que vez, y firma: "Jesús, en ti confío". Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero." (Diario 47)

"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerta. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria." (Diario 48)

"Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Este recipiente es esta imagen con la firma: Jesús en Ti confío". (Diario 327)

"Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas. EL rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…"."Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizado fue abierto en la cruz por la lanza."

"Estos rayos protegen a las almas de la indignación Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, por que no le alcanzará la mano justa de Dios." (Diario 299)

"No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia." (Diario 313)

"A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas, ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil." Diario (742)

[Pumbyto]

¡¡¡NOS HA TOCADO LA LOTERÍA!!!

Pues sí, a todos los cristianos nos ha tocado, a todos los hombres y mujeres que hayan decidido dar el SÍ a Cristo. Da igual que no lleváramos el número ganador en la lotería, da igual que no jugáramos.

La lotería que nos ha tocado es tan grande y maravillosa que hace palidecer a cualquier primer premio. Este es nuestro premio:

_El Cielo. Infinitas riquezas, infinita felicidad, infinito amor, infinita belleza, y todo junto a nuestros seres queridos, para siempre, sin que acabe nunca y cada vez renovándose como si fuera el primer día de ilusión. Y todo de la mano del mismísimo Amor, de la Belleza, de nuestro padre primero: Dios.

_Nos ha tocado el haber sido creados, porque podríamos no haber sido creados o haberlo sido sin alma, como un mero decorado para dar gloria a Dios, pero Dios ha querido hacernos a su imagen y semejanza, ser hijos suyos, herederos de todo lo que tiene, de todo lo que es, de Él mismo.

_Nos ha tocado el que se nos perdonden los pecados con tan sólo pedir perdón, con tan sólo acudir a la Sagrada Confesión a través de un sacerdote, porque Dios mismo ha querido pagar por nosotros en la Cruz, su preciosísima sangre nos ha lavado y estamos limpios. No merecíamos el Cielo, pero no lo ha comprado con su sufrimiento amoroso.

_Nos ha tocado el que podamos tener ya con nosotros a Dios, en la Eucaristía, de manera no sensible pero real y verdadera. Poder adorarle ya en esta vida, aunque todavía sin la luz que recibiremos en el Cielo y que nos inundará de felicidad. Dios ha querido bajar a cada sagrario de cada iglesia para esperar nuestra visita diaria.

_Nos ha tocado el vivir una vida llena de sentido, de calidad de vida sin igual, sin nihilismos ni angustias existenciales, donde todo tiene un sentido: las alegrías, las penas, el trabajo, el placer, el dolor... Nos han tocado fuerzas para vivir, para levantarnos de los fracasos, para salir adelante en las dificultades, para perdonar, para vivir en paz y en armonía. Nos han tocado el gran premio de perder el miedo a la muerte, de percibir la vida como una subida ilusionada en vez de como una bajada depresiva a medida que cumples años. Una vida en la que podemos orar y comunicarnos con Dios, preguntarle y que nos conteste espiritualmente. Nos han tocado unas Sagradas Escrituras contieniendo la voz viva de Dios que resuena siempre nueva en nuestro corazón en cada lectura. Nos han tocado unos mandamientos, consejos de Padre bueno para ser feliz y llevar una vida digna, unas claves para vivir llenos de coherencia, pureza y limpieza de corazón y de amor a los demás.

_Nos ha tocado una Madre buena, la Santísima Virgen María, una madre que nos ayuda, que está a nuestro lado aun cuando nos olvidamos de ella, y nos ha tocado la maravilla del Santo Rosario como medio eficacísimo para ganar gracias de sus manos virginales y suaves. Y nos ha tocado un ángel de la Guarda para ayudarnos a vencer las tentaciones y a luchar contra los peligros y contra el demonio.

_Nos ha tocado el mayor de los tesoros que se pueden encontrar en la Tierra: los pobres, los que sufren, entre los cuales también nos contamos tantas veces. El mayor de los tesoros, porque en cada persona que padece, en cada pobre, en cada ser humano abortado, está dentro Jesús, y a ellos tenemos que dirigir nuestros esfuerzos. "Lo que a ellos les hicieres, a mí me lo haces; lo que a ellos no les hicieres, a mí tampoco me lo haces".

_Y nos ha tocado hasta la "pedrea". Las piedras duras del sufrimiento y de la Cruz. Otro gran tesoro, aunque tenga sabor amargo, pero tan valioso que vino Jesús al mundo para sufrir por nosotros. No para curar enfermos -curó a muchos pero no a todos-, no para atender a los pobres, no para predicar por todo el planeta -que podría haberse pasado la vida predicando-, sino que vino para sufrir por nuestros pecados. Tanto es el valor del sufrimiento que fue la misión de Jesucristo. Cada pena, cada sufrimiento, cada esfuerzo nuestro es una joya brillantísima, un perfume exquisito que sube hasta el Cielo para que lo disfrute Dios al ver nuestro Amor en ellos, y que sirve realmente para ayudar al prójimo y completar lo que falta a la Pasión de Cristo.

Nos ha tocado la lotería, el gordo, el primer premio, superior a todos cuanto se han dado alguna vez. Y estamos alegres, como San Francisco de Sales: "Un santo triste es un triste santo", como San Pablo: "¡Estad alegres en el Señor! Os lo repito: ¡estad alegres!", como la Virgen María: "Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador".










María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. (Lc 1, 46-56)

Un villancico delicioso lleno de alegría y esperanza. Pavarotti y el coro de Petits Chanteurs du Mont Royal

[Pumbyto]

Elvis Presley quizá le cante esta noche en directo al Niño Jesús.

[Pumbyto]

Se puede buscar para esta Nochebuena muchos vídeos que pueden sustituirlo, pero como el del anuncio de Coca Cola de 1971 no hay ninguno. "Me gustaría hacer del mundo un hogar y construirlo con amor, donde crezcan los manzanos, las abejas hagan su miel y haya nieve blanca, tortugas y palomas. Me gustaría enseñar al mundo a cantar en perfecta armonía. Me gustaría comprarle al mundo una coca cola y tenerlo siempre a mi lado..." (I'd like to build the world a home, furnish it with love, grow apple trees, honey bees and snow white turtle doves. I'd like to teach the world to sing in perfect harmony. I'd like to buy the world a coke, and keep it company...)








Estas palabras me las ha dicho el cura cuando me he confesado esta mañana, y he tratado de memorizarlas para escribirlas aquí: "Por ti esta noche la Grandeza se va a hacer pequeña, la Riqueza se va a hacer pobre y la Alegría se va a hacer un niño llorando". FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD.

[Pumbyto]

Esta mañana de paseo con la gente me encontré;
al lechero, al cartero, al policía saludé.
Detrás de cada ventana también reconocí
a mucha gente que antes ni siquiera la vi.
VIVA LA GENTE, LA HAY DONDEQUIERA QUE VAS.
VIVA LA GENTE, ES LO QUE NOS GUSTA MAS.
CON MAS GENTE A FAVOR DE GENTE
EN CADA PUEBLO Y NACION,
HABRIA MENOS GENTE DIFICIL
Y MAS GENTE CON CORAZON. (Bis)

2.- Gente de las ciudades y también del interior
la vi como un ejército cada vez mayor.
Entonces me di cuenta de una gran realidad:
las cosas son importantes, pero la gente lo es más.

3.- Dentro de cada uno hay un bien y hay un mal,
mas no dejes que ninguno ataque a la Humanidad.
Amalos como son y lucha porque sean
los hombres y las mujeres que Dios quiso que fueran.

[Pumbyto]

Un bello villancico italiano, con letra en italiano y en inglés, yo creo que se entiende por encima más o menos.


Y José Feliciano nos desea FELIZ NAVIDAD:




Homilia del Papa en la Misa de Gallo 2010:

Queridos hermanos y hermanas:

«Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy». La Iglesia comienza la liturgia del Noche Santa con estas palabras del Salmo segundo. Ella sabe que estas palabras pertenecían originariamente al rito de la coronación de los reyes de Israel. El rey, que de por sí es un ser humano como los demás hombres, se convierte en «hijo de Dios» mediante la llamada y la toma de posesión de su cargo: es una especie de adopción por parte de Dios, un acto de decisión, por el que confiere a ese hombre una nueva existencia, lo atrae en su propio ser. La lectura tomada del profeta Isaías, que acabamos de escuchar, presenta de manera todavía más clara el mismo proceso en una situación de turbación y amenaza para Israel: «Un hijo se nos ha dado: lleva sobre sus hombros el principado» (9,5). La toma de posesión de la función de rey es como un nuevo nacimiento. Precisamente como recién nacido por decisión personal de Dios, como niño procedente de Dios, el rey constituye una esperanza. El futuro recae sobre sus hombros. Él es el portador de la promesa de paz. En la noche de Belén, esta palabra profética se ha hecho realidad de un modo que habría sido todavía inimaginable en tiempos de Isaías. Sí, ahora es realmente un niño el que lleva sobre sus hombros el poder. En Él aparece la nueva realeza que Dios establece en el mundo. Este niño ha nacido realmente de Dios. Es la Palabra eterna de Dios, que une la humanidad y la divinidad. Para este niño valen los títulos de dignidad que el cántico de coronación de Isaías le atribuye: Consejero admirable, Dios poderoso, Padre por siempre, Príncipe de la paz (9,5). Sí, este rey no necesita consejeros provenientes de los sabios del mundo. Él lleva en sí mismo la sabiduría y el consejo de Dios. Precisamente en la debilidad como niño Él es el Dios fuerte, y nos muestra así, frente a los poderes presuntuosos del mundo, la fortaleza propia de Dios.

A decir verdad, las palabras del rito de coronación en Israel eran siempre sólo ritos de esperanza, que preveían a lo lejos un futuro que sería otorgado por Dios. Ninguno de los reyes saludados de este modo se correspondía con lo sublime de dichas palabras. En ellos, todas las palabras sobre la filiación de Dios, sobre su designación como heredero de las naciones, sobre el dominio de las tierras lejanas (Sal 2,8), quedaron sólo como referencia a un futuro; casi como carteles que señalan la esperanza, indicaciones que guían hacia un futuro, que en aquel entonces era todavía inconcebible. Por eso, el cumplimiento de la palabra que da comienzo en la noche de Belén es a la vez inmensamente más grande y —desde el punto de vista del mundo— más humilde que lo que la palabra profética permitía intuir. Es más grande, porque este niño es realmente Hijo de Dios, verdaderamente «Dios de Dios, Luz de Luz, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre». Ha quedado superada la distancia infinita entre Dios y el hombre. Dios no solamente se ha inclinado hacia abajo, como dicen los Salmos;

Él ha «descendido» realmente, ha entrado en el mundo, haciéndose uno de nosotros para atraernos a todos a sí. Este niño es verdaderamente el Emmanuel, el Dios-con-nosotros. Su reino se extiende realmente hasta los confines de la tierra. En la magnitud universal de la santa Eucaristía, Él ha hecho surgir realmente islas de paz. En cualquier lugar que se celebra hay una isla de paz, de esa paz que es propia de Dios. Este niño ha encendido en los hombres la luz de la bondad y les ha dado la fuerza de resistir a la tiranía del poder. Él construye su reino desde dentro, partiendo del corazón, en cada generación. Pero también es cierto que no se ha roto la «vara del opresor». También hoy siguen marchando con estruendo las botas de los soldados y todavía hoy, una y otra vez, queda la «túnica empapada de sangre» (Is 9,3s). Así, forma parte de esta noche la alegría por la cercanía de Dios. Damos gracias porque el Dios niño se pone en nuestras manos, mendiga, por decirlo así, nuestro amor, infunde su paz en nuestro corazón. Esta alegría, sin embargo, es también una oración: Señor, cumple por entero tu promesa. Quiebra las varas de los opresores. Quema las botas resonantes. Haz que termine el tiempo de las túnicas ensangrentadas. Cumple la promesa: «La paz no tendrá fin» (Is 9,6). Te damos gracias por tu bondad, pero también te pedimos: Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu verdad, de tu amor; el «reino de justicia, de amor y de paz».

«María dio a la luz a su hijo primogénito» (Lc 2,7). San Lucas describe con esta frase, sin énfasis alguno, el gran acontecimiento que habían vislumbrado con antelación las palabras proféticas en la historia de Israel. Designa al niño como «primogénito». En el lenguaje que se había ido formando en la Sagrada Escritura de la Antigua Alianza, «primogénito» no significa el primero de otros hijos. «Primogénito» es un título de honor, independientemente de que después sigan o no otros hermanos y hermanas. Así, en el Libro del Éxodo (Ex 4,22), Dios llama a Israel «mi hijo primogénito», expresando de este modo su elección, su dignidad única, el amor particular de Dios Padre. La Iglesia naciente sabía que esta palabra había recibido una nueva profundidad en Jesús; que en Él se resumen las promesas hechas a Israel. Así, la Carta a los Hebreos llama a Jesús simplemente «el primogénito», para identificarlo como el Hijo que Dios envía al mundo después de los preparativos en el Antiguo Testamento (cf. Hb 1,5-7). El primogénito pertenece de modo particular a Dios, y por eso —como en muchas religiones— debía ser entregado de manera especial a Dios y ser rescatado mediante un sacrificio sustitutivo, como relata san Lucas en el episodio de la presentación de Jesús en templo. El primogénito pertenece a Dios de modo particular; está destinado al sacrificio, por decirlo así. El destino del primogénito se cumple de modo único en el sacrificio de Jesús en la cruz. Él ofrece en sí mismo la humanidad a Dios, y une al hombre y a Dios de tal modo que Dios sea todo en todos. Pablo ha ampliado y profundizado la idea de Jesús como primogénito en las Cartas a los Colosenses y a los Efesios: Jesús, nos dicen estas Cartas, es el Primogénito de la creación: el verdadero arquetipo del hombre, según el cual Dios ha formado la criatura hombre. El hombre puede ser imagen de Dios, porque Jesús es Dios y Hombre, la verdadera imagen de Dios y el Hombre. Él es el primogénito de los muertos, nos dicen además estas Cartas. En la Resurrección, Él ha desfondado el muro de la muerte para todos nosotros. Ha abierto al hombre la dimensión de la vida eterna en la comunión con Dios. Finalmente, se nos dice: Él es el primogénito de muchos hermanos. Sí, con todo, Él es ahora el primero de más hermanos, es decir, el primero que inaugura para nosotros el estar en comunión con Dios. Crea la verdadera hermandad: no la hermandad deteriorada por el pecado, la de Caín y Abel, de Rómulo y Remo, sino la hermandad nueva en la que somos de la misma familia de Dios. Esta nueva familia de Dios comienza en el momento en el que María envuelve en pañales al «primogénito» y lo acuesta en el pesebre. Pidámosle: Señor

Jesús, tú que has querido nacer como el primero de muchos hermanos, danos la verdadera hermandad. Ayúdanos para que nos parezcamos a ti. Ayúdanos a reconocer tu rostro en el otro que me necesita, en los que sufren o están desamparados, en todos los hombres, y a vivir junto a ti como hermanos y hermanas, para convertirnos en una familia, tu familia.

El Evangelio de Navidad nos relata al final que una multitud de ángeles del ejército celestial alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama» (Lc 2,14). La Iglesia ha amplificado esta alabanza, que los ángeles entonaron ante el acontecimiento de la Noche Santa, haciéndola un himno de alegría sobre la gloria de Dios. «Por tu gloria inmensa, te damos gracias». Te damos gracias por la belleza, por la grandeza, por la bondad de Dios, que en esta noche se nos manifiestan. La aparición de la belleza, de lo hermoso, nos hace alegres sin tener que preguntarnos por su utilidad. La gloria de Dios, de la que proviene toda belleza, hace saltar en nosotros el asombro y la alegría. Quien vislumbra a Dios siente alegría, y en esta noche vemos algo de su luz. Pero el mensaje de los ángeles en la Noche Santa habla también de los hombres: «Paz a los hombres que Dios ama». La traducción latina de estas palabras, que usamos en la liturgia y que se remonta a Jerónimo, suena de otra manera: «Paz a los hombres de buena voluntad». La expresión «hombres de buena voluntad» ha entrado en el vocabulario de la Iglesia de un modo particular precisamente en los últimos decenios. Pero, ¿cuál es la traducción correcta? Debemos leer ambos textos juntos; sólo así entenderemos la palabra de los ángeles del modo justo. Sería equivocada una interpretación que reconociera solamente el obrar exclusivo de Dios, como si Él no hubiera llamado al hombre a una libre respuesta de amor. Pero sería también errónea una interpretación moralizadora, según la cual, por decirlo así, el hombre podría con su buena voluntad redimirse a sí mismo. Ambas cosas van juntas: gracia y libertad; el amor de Dios, que nos precede, y sin el cual no podríamos amarlo, y nuestra respuesta, que Él espera y que incluso nos ruega en el nacimiento de su Hijo. El entramado de gracia y libertad, de llamada y respuesta, no lo podemos dividir en partes separadas una de otra. Las dos están indisolublemente entretejidas entre sí. Así, esta palabra es promesa y llamada a la vez. Dios nos ha precedido con el don de su Hijo. Una y otra vez, nos precede de manera inesperada. No deja de buscarnos, de levantarnos cada vez que lo necesitamos. No abandona a la oveja extraviada en el desierto en que se ha perdido. Dios no se deja confundir por nuestro pecado. Él siempre vuelve a comenzar con nosotros. No obstante, espera que amemos con Él. Él nos ama para que nosotros podamos convertirnos en personas que aman junto con Él y así haya paz en la tierra.

Lucas no dice que los ángeles cantaran. Él escribe muy sobriamente: el ejército celestial alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo...» (Lc 2,13s). Pero los hombres siempre han sabido que el hablar de los ángeles es diferente al de los hombres; que precisamente esta noche del mensaje gozoso ha sido un canto en el que ha brillado la gloria sublime de Dios. Por eso, este canto de los ángeles ha sido percibido desde el principio como música que viene de Dios, más aún, como invitación a unirse al canto, a la alegría del corazón por ser amados por Dios. Cantare amantis est, dice Agustín: cantar es propio de quien ama. Así, a lo largo de los siglos, el canto de los ángeles se ha convertido siempre en un nuevo canto de amor y alegría, un canto de los que aman. En esta hora, nosotros nos asociamos llenos de gratitud a este cantar de todos los siglos, que une cielo y tierra, ángeles y hombres. Sí, te damos gracias por tu gloria inmensa. Te damos gracias por tu amor. Haz que seamos cada vez más personas que aman contigo y, por tanto, personas de paz. Amén.

[Pumbyto]

28 de Diciembre, los santos inocentes.





El siguiente enlace contiene imágenes duras pero reales y necesarias para conocer una verdad que se suele ocultar:

fficial&client=firefox-a&um=1&ie=UTF-8&source=og&sa=N&hl=es&tab=wi&biw=1096&bih=549" target="_blank">http://www.google.es/images?q=aborto...w=1096&bih=549



Canción "Me estás matando" de Funky.

[Pumbyto]

"Este niño será Luz para las naciones,... pero será bandera discutida" (Lc 2)




"Y a ti una espada te atravesará el alma" (Lc, 2)

[Pumbyto]

A partir de mañana

31 de diciembre, el día de los buenos propósitos. A partir de mañana seré mejor, a partir de mañana dejaré aquel vicio, a partir de mañana estudiaré más, trabajaré mejor, a partir de mañana buscaré a Dios, a partir de mañana iré a misa todos los domingos, o todos los días, o rezaré el Rosario, a partir de mañana seré más caritativo o no haré daño a los demás con mis comentarios, o perdonaré a aquella persona que tanto daño me hizo, o trataré con más compresión y cariño a mi cónyuge para salvar el matrimonio. O a partir de mañana empezaré a preparar mi confesión. De todos los propósitos que uno puede hacer, hay uno que está a años luz de los demás: el último, el de la confesión.

Un vídeo sobre la confesión del P. Loring, un sacerdote con un estilo muy particular, con mucha vehemencia y apasionamiento, pero que nos dice quizá lo más importante que podamos escuchar en toda nuestra vida.

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Parte 3:
Parte 4: