Lo que menos me gusta de los teléfonos móviles de ahora es la mala calidad que tienen en general. Da igual la marca, todos los teléfonos salen de la caja con píxeles fundidos en la pantalla, con un software inestable que se bebe la batería aunque casi no uses el teléfono, las aplicaciones se abren solas y hacen cosas aunque no toques la pantalla porque el sensor táctil está defectuoso, o se quedan colgados al recibir una llamada y no puedes cogerla. Siempre he tenido algún problema. Sin embargo, los teléfonos Nokia que yo tenía en 2005 no tenían ningún problema y ya disponían de casi todas las funciones que tenemos hoy en día: yo los usaba para acceder a redes sociales, navegar por Internet, tenía toda mi música y hasta películas enteras descargadas en ellos, videojuegos casi más adictivos que los que hay ahora... Cierto es que no tenían sensor de huella o magnético, pero, creo que ese tipo de cosas son chorradas en comparación con otras cosas que sí se usan más.