El acoso que se está haciendo al vapeo y al vapeador, desde un punto de vista propagandístico, es una clara muestra de lo que es la política, en estos momentos y cada vez más.
Aquí el único problema que existe con el vapeo es económico, y para que nos crujan a impuestos, como hacen con el tabaco, primero hay que criminalizarlo, dando una información totalmente adulterada e interesada, para posteriormente la implantación de otro impuesto.