De verdad se pensaba que esto seguía arreglado.
Las grandes tecnológicas viven de nuestros puñeteros datos y los primeros en hacerlo son todas y cada una de las redes sociales.
Los propios altavoces que tenemos en casa comparten todos nuestros datos de los que disponen incluidas las grabaciones así que son noticia para mí absurda porque ya se sabe más que de sobra.