Han subido bastante, y eso no se puede negar.
Que se hable del precio de teléfonos móviles de cuando era básicamente una novedad tenerlos, tiene delito. También las consolas o los ordenadores de la época, incluso los juegos, costaban una burrada, pero lo que no tiene sentido es que mientras más consumidores hay y la tecnología se va abaratando (por muchas mejoras que le metan, básicamente están produciéndose de la misma manera), cada vez cuesten más los terminales.
Cuando compré el Galaxy S2 (y ahí no había soplapolleces de versión Pro ni Lite ni mierdas por el estilo), no exactamente de salida pero sí a los pocos meses (no llegó ni a seis), no pagué ni 500 € (acabo de leer que iba a salir por 689 €, pero no lo recuerdo haberlo visto a ese precio); ahora te quieres pillar la versión que realmente es tope de gama y pasas perfectamente de los 1000 €.
Que sí, que ahora cada vez tienen más cosas, es cierto, pero como he comentado al principio también la tecnología se abarata, por lo que de normal deberían haberse mantenido más o menos. Pero claro, todas han encontrado el filón con lo de las versiones de un mismo modelo, aunque la verdad es que el que realmente cuenta es el caro.