Lo que irrita no es sólo la actitud del POTUS respecto a Huawei (justificada o no, hay algo peor).
Lo que irrita es que esté impidiendo a empresas privadas de otros países continuar sus operaciones comerciales con Huawei bajo amenazas como impedirles recibir tecnología o suministros de los EEUU.
Obligar a empresas de otros países a formar parte de su estrategia de bloqueo es un ataque que los gobiernos (en este caso, el japonés) no deben tolerar, pero que tolerarán porque prefieren el mal menor para sus respectivos intereses.
En definitiva, el POTUS se comporta como el niño que se enfada con un compañero ("si 'ajuntas' a ese, no te 'ajunto'") y esa actitud infantil es peligrosa cuando la practica alguien con tanto poder.