Quien a estas alturas crea que desactivando servicios nos dejan de espiar es, por decirlo cariñosamente, un iluso. Y no solo Apple, sino el resto de marcas. Cualquier dispositivo que tenga conexión de datos lo hace, recopilan hasta el último ápice de datos (posición, búsquedas, voz, mensajes, etc...) y lo envían derechito al auténtico dueño del aparato.
Dicho esto, Apple se las da de ser transparentes y adalides de la seguridad y luego mira. Un mojón.