Experiencia muy similar a la que en su día tuve al adquirir el Pixel 2 XL, que nada más de encenderlo, me encontré decepcionado con el azulado de la pantalla.
Con este Pixel 3 XL, la decepción vino después de usarlo un par de horas y darme cuenta que les falta pulir bastante el software.
Aún así, decidí quedarme ambos por un periodo de tiempo para ver si cambiaba de parecer, aunque no fue del todo, ya que por unas horas que estés con un equipo, difícilmente vas a poder valorarlo correctamente.