Muy buenas a todos, aquí os traigo el revisado del que lleva siendo mi teléfono personal desde noviembre, ¿un buen tiempo no?
El motivo por el que hago esta review es simple, con el lanzamiento de su sucesor, el Galaxy S9, el Galaxy S8 se puede encontrar a unos muy buenos precios, incluso en España. Por menos de 500€ se pueden encontrar unidades nuevas a estrenar, aunque sinceramente, no sería el teléfono que compraría con ese dinero ahora mismo... Y os cuento por qué...
El Samsung Galaxy S8 fue el buque insignia de la firma coreana del 2017, junto a su hermano el Galaxy S8+ y su primo el Galaxy Note 8. Se trata de un terminal que sienta estupendamente bien en la mano y que invita a cogerlo, puesto que se trata de un terminal acabado en cristal y aluminio con un tamaño muy contenido para sus 5,8". A primera vista, es un terminal bonito, sin duda... Y los primeros momentos con él te hacen enamorarte de él, pero se quedará en un amor de juventud, intenso pero efímero.
Después de verlo por fuera y tenerlo en tu mano con cara de tonto, lo primero que harás será, por supuesto, encender su pantalla, que ocupa una gran cantidad del frontal, sin apenas marcos. Cuenta con una resolución WQHD+ (2960x1440), aunque encontramos que por defecto viene en FHD+, para ahorrar batería, que falta le hace. Al tratarse de un panel Super-AMOLED, la viveza de los colores, que parecen salir del teléfono, está garantizada. Al contar además con HDR y un optimizador de vídeo de Samsung, la visualización de contenido multimedia es simplemente increíble.
Y ahora llegamos al siguiente punto cuando empiezas a usar el teléfono, su rendimiento. Cuenta con 4 Gb de RAM, un almacenamiento interno de 64 Gb (en nuestra unidad) UFS 2.1 y un procesador firmado por Samsung, el Exynos 8895 (en el mercado estadounidense encontraremos el Qualcomm Snapdragon 835 en su lugar). Sobre el papel, pinta estupendo! Y cierto es que puede con todo, con los juegos más pesados y exigentes del momento, sin problema. Pero, aquí empezamos a encontrar uno de sus principales defectos, el software encargado de gestionar toda esa potencia... Android 7.0, pero reescrito por la capa "Samsung Experience", Touchwiz para los veteranos. El problema que aquí encontraremos será principalmente la mala gestión, puesto que encontraremos una fluidez muy por debajo de la esperada, encontrando mejor experiencia en este aspecto en un gama media como el Xiaomi Mi A1 que vale menos de la mitad. Pero es que además de no encontrar esa sensación eléctrica que cabría esperar, la gestión de la RAM es mala, y si bien podemos llegar a tener 20 apps abiertas a la vez, estas durarán escasos minutos, porque con dejar tu teléfono 1 hora de reposo, todas necesitarán refrescar, cosa que, de nuevo, no encontramos en muchos gamas media, como un veterano Xiaomi Redmi Note 3 Pro... ¿No es asombroso que un teléfono así sea superado en experiencia de usuario por un teléfono de 150€ de 2016?
Muchos me diréis ahora, ¿y Oreo? El Galaxy S8 ya se actualizó a Android 8.0 Oreo, ¿no ha mejorado? Sí, ha mejorado en fluidez a la hora de cambiar de aplicaciones, pero el resto de defectos siguen presentes... Y algunos, se han agravado, como veremos más adelante.
Encima de la pantalla encontraremos numerosos sensores y la cámara de selfie, que servirán también para el desbloqueo facial y por iris. ¿Qué opino de estos métodos de desbloqueo? Simple y llanamente, son demasiado lentos y poco precisos, además, con el de iris, te acabarán doliendo los ojos. Por su parte, el sensor de huellas trasero es difícil de atinar sin usar una funda, además, si somos diestros, mancharemos la cámara en cada desbloqueo. Ninguno de estos métodos son rápidos ni funcionan a la primera. Hubiera preferido un buen sensor de huellas bien colocado, rápido y efectivo, a tres métodos que van "aceptablemente".
Dejemos paso a las cámaras, porque, solo tiene 2, algo ya raro de ver, teniendo muchos teléfonos 3 en total, o incluso más. Y aquí, seamos sinceros, este teléfono sí saca pecho. La doble cámara trasera de otros dispositivos raramente la usarás salvo para el modo retrato, que se usa más bien poco. Al final, lo realmente importante es que si sacas tu teléfono para hacer una foto rápida, esta salga bien y no borrosa, y este lo consigue con nota. Adicionalmente, para casos más calmados, sí que puede sacar pecho respecto a otros competidores como un Xiaomi Mi6. Las fotos son equilibradas, rápidas, con buen detalle y con buenos resultados hasta en pésima luminosidad. En la cámara delantera, poco hay que comentar, comparte bondades con su hermana trasera, y también está por encima de por ejemplo, un iPhone 8.
Bueno bueno, ¿y el sonido qué? Pues el sonido es otro plato agridulce... El altavoz principal no destaca ni por su volumen, ni por su calidad ni por ser estéreo... Pero es muy equilibrado, al igual que el de las llamadas. Una buena cosa será que mantiene el tan "odiado" jack de 3,5 mm por algunos fabricantes, para que uses, por ejemplo, los auriculares AKG valorados en 100€ que encontrarás en la caja. Es reseñable, que con la llegada de Android Oreo, el sonido ha mejorado notablemente en claridad, ya sea el altavoz principal, el de las llamadas o a través de auriculares.
Y bien, ¿qué nos queda? La tan necesaria autonomía... Su batería sobre el papel tampoco apunta a maravillas, 3000 mAh, pero dice que tiene carga rápida... Veamos! Pues no queridos amigos, no hay buenas sorpresas... La autonomía da para un día, con unas 5 horas de pantalla de uso moderado. Bueno bueno, pero yo es que de 2 horas de pantalla no paso, lo mismo da que me da lo mismo. La falta de optimización hace que el consumo en reposo sea bastante elevado, y eso que tampoco es capaz de mantener nuestras apps abiertas, con lo que no es posible superar el día y medio de autonomía... La carga rápida es simplemente aceptable, sobre todo si tenemos en cuenta que si estás usando el teléfono, esta no funciona. Para mí, 30 minutos 35% no es carga rápida. Al menos, contamos con carga inalámbrica, pero es bastante lenta y se te acabará olvidando poner tu teléfono encima... Ah, y no olvidemos que la autonomía con la llegada de Android Oreo se ha visto reducida entre un 10% y un 20%
En conclusión, el Galaxy S8 es un teléfono bonito, con una gran pantalla, que mantiene el clásico jack de 3,5 mm y con unas cámaras que se desenvuelven muy bien. SIn embargo, la falta de optimización y su pequeña batería, hace que el teléfono no se sienta tan bien como debería y tengamos que depender del cargador cuanto que le demos un uso intenso.
Aunque al final, la decisión es tuya. Si por contra eres un amante de las grandes marcas, frente a un iPhone de 2016, mejor este Galaxy S8, pero si no te importa tanto la marca que ponga, quizás el OnePlus 6 o el Xiaomi Mi8 sean mejores opciones para ti, que conservando casi todas las virtudes, eliminan los principales incovenientes de este S8.
¿Y qué opináis vosotros?
Salu2