Brave rastrea los sitios que visitas y añade tus visitas específicas a los anuncios. A partir de ahí, se te conceden BAT, una criptomoneda que puedes
devolver a los creadores. Una vez al mes, tu cantidad de BAT se envía a los sitios en un nivel proporcional basado en el tiempo de navegación, es decir, tu «atención». También se te puede pagar por ver anuncios a una tasa del 70%.
Para reiterar, Brave parece una gran herramienta centrada en el usuario en la superficie. Sin embargo, hay una serie de críticas a este modelo de negocio:
- Brave te rastrea para publicar anuncios, lo que no es muy diferente a si estuvieras dentro del ecosistema de Google.
- Se te anima activamente a navegar por los anuncios para ganar dinero. Es una petición que no creemos que esté en consonancia con las necesidades básicas del usuario final para elegir Brave en primer lugar.
- Los creadores de contenidos tienen potencialmente un peor trato que si estuvieran en el ecosistema de Google.
Vamos a discutir algunos de estos puntos con más detalle. Brave bloquea los anuncios por defecto y, a cambio, los sustituye por anuncios de su propia red. Sus vías de monetización pasan a la solución de criptomoneda de Brave (que puede vincularse con
Uphold para su retirada).
Además, los creadores de contenidos tienen que
aceptar potencialmente menos dinero en forma de BAT, que obviamente es menos directo que el pago en tu moneda local.
Además, cabe señalar que en una versión anterior de Brave, los desarrolladores tuvieron que cambiar la redacción de su opción de recompensas de Brave. Resultó que los
sitios web y las redes sociales de algunos usuarios estaban siendo monetizados sin su consentimiento. Ahora está claro en el navegador si un sitio forma parte de la red de monetización de Brave