Como suelo hacer con mis móviles, antes de que acabe la garantía, lo suelo llevar al SAT para revisar y cambiar batería. Generalmente, no suele haber mucho cambio, pero en esta ocasión me sorprendió que me cambiaran la placa y la batería. Tras la sustitución, el móvil va mejor que nuevo. Alcanzo tranquilamente las 8 horas de pantalla y el funcionamiento es impecable. El único cambio destacable a nivel de software respecto a como lo tenía antes es que desactivé el bienestar digital. Mi terminal es Exynos, por cierto.