La responsable de la sección Mujeres del Pontificio Consejo para los Laicos (PCL), Ana Cristina Villa Betancourt, animó desde el Vaticano a que las mujeres pongan sus dones femeninos al servicio de la Iglesia, con motivo de la reciente declaración de Santa Hildegarda de Bingen como nueva Doctora de la Iglesia Universal.
Santa Hildegarda nació en Böckelheim (Alemania), en el año 1098; fue una religiosa benedictina que destacó en su época por cultivar la gran mayoría de las artes conocidas en su tiempo. Fue escritora, música y compositora, cosmóloga, artista, dramaturga, sanadora, lingüista, naturalista, filósofa, poetisa, consejera política, y además profetisa, tuvo numerosas visiones místicas reconocidas por el Papa.
Villa Betancourt alentó “a cultivar el ejemplo de esta santa mujer, con un profundo espíritu eclesial. Explicó que el rol de la mujer para la Iglesia es fundamental, y complementario al del hombre, “cuando una mujer está firmemente arraigada en el Señor, y ama al Señor y ama a su Iglesia, es escuchada, es acogida, no hay distinción entre hombres y mujeres a la hora de quien recibe los dones de Dios, y una santa mujer puede además traer la particularidad de sus dones.