Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris
Recuerda, Hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás.
Comienza la Cuaresma para preparar el momento más grande de la Historia, la muerte de Jesús para pagar por nuestros pecados y su Resurrección Gloriosa. Hoy es día de ayuno y abstinencia: hay que hacer sólo una comida fuerte en todo el día, y no se puede comer carne. A lo largo de la Cuaresma, los viernes son de abstinencia, salvo el Viernes Santo, que es de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad. Tambien están disculpados los enfermos.
El ayuno y la abstinencia no es Ia renuncia por Ia renuncia, sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo. Es la dirección contraria al camino del consumo y del hedonismo que nos invade. El hombre es él mismo sólo cuando logra decirse a sí mismo: No. Así preparamos el alma para recibir a Dios, apartándonos un poquito del mundo y de los placeres y las apetencias, y para reparar al Señor de nuestros pecados.
La vida está llena de vanidad, sólo importa realmente lo que no muere, lo único que nos vamos a llevar tras nuestra muerte: el Amor.