Para mí un smartphone es una herramienta. Así que me puede aburrir lo mismo que me aburriría un martillo, un destornillador o unos alicates. Simplemente lo uso y listo.
De todas formas, como supongo que me hago viejo, la pantalla se me está quedando pequeña, así que ya me estoy mirando el nuevo Sony que me mola un montón.
Yo es que no me planteo si me aburre o no un teléfono, lo mismo que no me planteo si me aburre la impresora o la nevera. La impresora imprime? Si, pues me vale. La nevera enfría? Si, pues me vale. El Smartphone hace su trabajo? Si, pues me vale.
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