Si los adultos estamos todo el día pegados a la puñetera pantalla del móvil, como coño podemos decirle a nuestros hijos que no lo hagan.
Solo tienes que ir en el metro en el autobús y ver como todo el mundo casi el 90 % de las personas, están con los vídeos cortos.
La educación empieza por nosotros mismos y luego hay que extenderle al resto.
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