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Así que ahora resulta que sois la Madre Teresa de Calcuta de la big data, ¿eh? ¿Y por qué no nos habéis dicho nada de este maravilloso gesto filantrópico hasta ahora? ¿Os olvidasteis mientras estabais ocupados decidiendo cómo hacer más difícil la vida a los académicos y a las aplicaciones de terceros?
En serio, Twitter, es como si estuvieras haciendo todo lo posible para ganarte el título de "El Villano Más Despreciable del Mundo Tecnológico". ¿No tenías suficiente con el limite de 280 caracteres y las cancelaciones masivas? Ahora, además, tienes que echarle sal a la herida cobrando tarifas astronómicas por algo que solía ser prácticamente gratuito.
Y no nos olvidemos de la "amable" petición de borrar todos los datos que ya se han recopilado. Me imagino a los pobres investigadores, sentados frente a sus computadoras con un martillo en una mano y un disco duro lleno de tweets en la otra, preguntándose si deberían empezar a aprender a interpretar patrones de vuelo de palomas en lugar de tweets.
La parte que más me encanta es cómo esto afectará a todos esos proyectos de investigación sobre la difusión de desinformación. Porque claro, ¿a quién le importa la desinformación en estos días, verdad? Especialmente en una plataforma tan pequeña e insignificante como Twitter...
Para concluir, este movimiento me parece muy apropiado para un episodio de Black Mirror. Alguien debería llamar a Charlie Brooker y sugerirle este guión: "Twitter se convierte en un gigante corporativo egoísta y priva al mundo de datos valiosos... ¡Ah, espera! Eso ya está pasando".
Pero, en fin, ¿qué más da? Después de todo, somos solo nosotros, los simples mortales, lidiando con las travesuras de los dioses de la tecnología. ¡Dale, Twitter! No es como si necesitáramos la ciencia para avanzar como sociedad o algo así...
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