Ya lo sé, no hace falta que me lo digan, soy perfectamente consciente que no tiene sistema operativo Android, ni tiene una manzana mordida, ni tan siquiera es un Nokia con su increíble symbian. No hace videollamadas, ni manda mensajes y su belleza es oronda y gris. Su movilidad no dependía de antenas, ni celdas, si no de lo largo que tenía el cable.
Mi primer teléfono; bueno, nuestro primer teléfono familiar.
Por cierto jovenzuelos y jovenzuelas. Para llamar hay que girar la rueda en cada número que necesites.