Lo que hacen las marcas, móviles, telecomunicaciones, etcétera, es intentar que en primer lugar la garantía se tramite desde el punto de venta, pero no es por cuestiones de publicidad solamente, que también habrá cierta parte, si no también para evitar ciertas conductas fraudulentas que se realizan a la hora de la venta. Promesas, características mal informadas y así el punto de venta es el primer filtro que hay que pasar.
Y después, repito, están los kpis. Como el SAT no llegue al porcentaje que hay que dar por solucionado sin actuación o que se deba trasladar al cliente, se está bien jodido. Todas aquellas taras que no estén claras o les permitan escaquearse las van a tramitar como "daño cliente", "no cubierto por garantía" etcétera.
Y un gran porcentaje no vuelve a reclamar dejando el asunto por resuelto. Así los números cuadran y todos contentos; excepto el cliente.