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Llevar a término un embarazo hoy en día con malformaciones, del tipo que sea, es una odisea.
Primero por las presiones que se dan dentro del entorno de salud; médicos sobre todo, enfermeras, que te aconsejan desde el primer momento interrumpir el embarazo tras un largo palique sobre las complicaciones que este hecho acarrea en la vida de los padres, como si tener hijos sin ningún tipo de discapacidad fuera algo sencillo. Que me lo digan a mí que tengo 4 niñas, sanas sí, pero que también dan quebraderos de cabeza.
Los bebés que han conseguido ver la luz con malformaciones de algún tipo son porque los padres son personas con creencias y dogmas muy fuertes, cosa que no critico, o que no se han detectado por los motivos que sea.
¿Yo hubiera apoyado a mi pareja para llevar el embarazo a término si se hubiera presentado algún tipo de complicación?
Quiero pensar que sí, pero no lo sé. Sin quererlo muchas veces se opta por el camino más fácil que es la eliminación del problema por cirugía. Pero es algo que uno no se plantea hasta que te afecta de forma directa.
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