La verdad, es que no hace falta demasiado para que se caliente: es estar un rato con WhatsApp, contestando algunos emails... y a quemar en las manos, con la consiguiente reducción también del brillo de pantalla (al estar sobrecaliente, se limita el brillo de ésta mucho), lo que hace la utilización del teléfono incómoda.
Realmente (soy usuario de Samsung desde "tiempo inmemorial"), es la primera vez que me arrepiento de haberme gastado tanta "pasta" en un teléfono.