Tuve el Edge y fue el teléfono que me hizo cambiar mi concepto sobre Samsung, fue un teléfono redondo en el que todo funcionaba bien y que, cuando la batería empezó a mermar su duración, cometí el error de comprarme un S9+ el cual, sin ser ni mucho menos un mal teléfono, todo lo contrario, sí que me hizo pensar desde que lo tuve que hice el tonto cambiando de móvil en lugar de arreglar la batería, porque en cuanto al uso cotidiano más o menos ambos me iban igual de bien.
Ahora tengo el Note 10+porque al S9 se le jodió la pantalla de un portazo que se llevó y me salía más caro el collar que el perro, pero con la lección aprendida del S7, cuando baje la duración de batería, y si el móvil está como debe, cambio de batería y a seguir disfrutando, porque los últimos móviles que he tenido de ellos la verdad es que van redondos.
P.D.: salvo el sensor de huellas del Note, que es muy lento!!