Lo brutal del tema es que se notan muchísimo las diferencias en una pantalla diminuta de móvil pero cuando las pones es un monitor grande para editarlas te llevas las manos a la cabeza y te preguntas como gente aparentemente profesionales de la fotografía como pueden ser los amigos de Dxomark hacer las valoraciones que hacen sin que se les caiga la cara de vergüenza al suelo. Porque hay cosas que son tan obvias que sólo se justifican con mucho dinero por delante.