Bueno compañeros, vengo a contaros brevemente por qué acabo de devolver el S10+ blanco cerámico 3 meses después:
Lo cierto es que sigo pensando que es un teléfono perfecto, pero ha habido varias cosas que me han invitado a devolverlo.
1. La brutal depreciación: pagué por el teléfono 1270€ en su salida, hoy ya se encuentra por 600-700€. Solo 3 meses después. Me parece de coña la verdad, no me sentía nada cómodo pensándolo.
2. El teléfono es perfecto, pero no me ha enamorado. Y sí, a veces esto puede suceder. El S7 edge me enamoró, no así el S10. Al terminal no le falta de nada, sin embargo hay un intangible...
Exynos vs snapdragon: no es que me preocupe demasiado esta diferencia, sin embargo es la primera vez que se forma tanto revuelo por la diferencia existente, y esto, quieras o no, afecta.
ONE UI sigue sin ser ultrafluido, va muy bien, pero a menudo se ven tirones y framedrop en las animaciones al cerrar apps y demás)
La cámara es sensacional pero no es un WOW como debería ser en un teléfono de más de 1000€. Lo mismo aplica a la batería, buena, pero sin alardes.
Con todo este tema, había reseteado de fábrica como 5 veces el teléfono, buscando día a día la mejor configuración para encontrar un óptimo rendimiento, y aún así, seguía sin estar del todo conforme con los temas arriba mencionados. (Si en 3 meses has hecho 5 reseteos de fábrica, nosecuantos wipe caché, y te pasas el día mirando qué desactivar para ganar fluidez, algo falla)
En fin, al final, el hecho de encontrarle defectitos día a día (que aún así sigo pensando que es el mejor del mercado ahora mismo), unido al valor que está perdiendo, me han hecho decidirme a recuperar mi inversión y dejarla a la espera de que salga algo que realmente valga lo que cuesta, al menos, en mi opinión.
Me ha costado darme cuenta de esto, y aceptarlo.
Acabo de volver a mi s7 edge, aquél que me enamoró cuando lo compré hace 2 años. Ahora con él, y con los 1200€ de vuelta en mi cuenta, a la espera de lo que pueda venir en próximos meses.
Un saludo a todos, y disfrutad del móvil!