Me baso en la experiencia que da la edad. El 99% de las veces que va a salir a la luz algo "totalmente revolucionario" resulta ser un fiasco de tomo y lomo, bien porque no es tan revolucionario como lo pintaban (los últimos años en el sector de la telefonía móvil hemos acudido a muchos casos en los que apenas ha cambiado el diseño y el procesador. Ah, y poner cada vez más cámaras para sacar la misma foto), o porque las espectativas eran tan altas (alimentadas por los propios fabricantes) que al final, al ver el resultado, el chasco fue monumental.
Se me acusa a mi de no tener en la mano el producto para criticarlo, pero tu si lo tienes, y por eso ya sabes que va a ser una maravilla...
Mejor el 8210, que es más pequeño y ligero.
Puede que tengas razón, o puede que la tenga yo. No creo que exista la tecnología aún para fabricar una pantalla flexible sin que la "curvatura de doblado" tenga un ángulo muy abierto, lo que haría el teléfono demasiado gordo. O eso, o nos venden la pantalla flexible siendo en realidad dos pantallas que se juntan. Entonces, y aunque el necesario bisel sea ínfimo, sería una chauza (aparte de una mentira) Como digo arriba me baso en tantos y tantos años de supuestas maravillas que no han llegado jamás. Como las baterías de grafeno, el 4K en videoconsolas o el automóvil autónomo. Son como el Yeti: que "existen", pero nadie los ha visto jamás (y con los móviles de dos y hasta tres objetivos que tenemos, siempre, siempre, se les graba borroso de cojones...)
Antiguamente se pasaban años para desarrollar una nueva tecnología, y solo la lanzaban cuando la tenían lista. Y la publicitaban en ese momento, no antes. Todos sabemos que de un tiempo a esta parte nos intentan vender la piel del oso antes de haberlo cazado. En esta loca carrera sin frenos por ser los primeros en lanzar novedades nos encontramos con una "filtración" cada tres días y luego resulta que, o no llegan nunca, o lo hacen años después.
Pues si. En vez de criticar un móvil que aún no existe debería haber criticado el que exista tanto medio amarillista haciéndose eco de historias "cuartomileniaristas", cuando no inventándolas directamente.