Lo que está claro es que el formato RAW no está destinado a un usuario medio, como somos la mayoría, ya que para conseguir un resultado parecido al de la imagen en .jpg hay que tener conocimientos con programas de procesamiento de imagen. Es decir, una imagen en RAW para que sea vistosa precisa de una buena pasada por el 'taller', si no es una auténtica absurdez. Además el peso de la imagen (al contener más información) es muchísimo mayor.
En resumen, si no vas a competir en un concurso de fotografía y no piensas pasar 30 minutos editando por cada foto que tomes para que quede medianamente bonita, olvidarse del RAW es la mejor opción.