Un dueño de un Samsung Galaxy Note 5 usó una pistola de calor para calentar la parte trasera de cristal a tan alta temperatura que el recubrimiento que da el color se despegó.
Luego peló el sticker (recubrimiento que da el color) y terminó de limpiarlo con una afeitadora, y el resultado es que el vidrio trasero quedó libre de color y por tanto transparente.
Mejor no hacerlo en casa, pero quedó bien esa parte trasera transparente. Ojalá las compañías sacaran a la venta algún modelo de sus smartphones en este color.
Fuente:
Enciclotech