¿Un poquito de inteligencia? Quizás mejor un poco de perspectiva.
Estamos inundados de publicidad. Nos asalta por donde vamos. Nos hemos acostumbrado a que nos invada por todas partes, y cada uno por sus motivos (muchos interesados) aceptamos una invasión sin precedentes de la intimidad. No basta con que nuestros movimientos, hábitos de consumo, gustos y preferencias sean monitorizadas todo el día. No parece bastar con que los servicios de Google sepan mas de nosotros que nosotros mismos. Que luego vendan toda esa información (aquí dejaremos que los ilusos digan eso de la ley de protección de datos y mil y unas chorradas creadas para callar a los inocentes). No, por lo visto no basta.
Hoy muchos se callan. Mañana llorarán. En lugar de la indiferencia, deberíamos empezar ha pensar que la maquina publicitaria nunca tiene bastante. Hoy es la bandeja de promociones, mañana la principal. Y pasado, pasado nos invadirán por todas partes.
Es tremendamente iluso pensar que Google no tiene otros medios de financiación que no sea la publicidad. Y lanzarse a defender estas practicas por intereses personales, o mostrarse indiferentes ante ellas irreflexivamente, es un error muy grave.
