El que un software pueda "quemar" un móvil es algo... extremo, ¿no?
Pensemos en un ordenador (la analogía es curiosamente afín, ya que tendemos a olvidar que un SGS3 bien aprovechado rendiría igual o más que un netbook actual o un ordenador portátil de hace apenas 3 años). Si yo instalo un software pirata que ejecutase bucles infinitos de operaciones de escritura sobre el disco duro, ¿podría quemarse?
Pues... depende. ¿De qué?
De una serie de calamitosas coincidencias.
Supongamos que en el disco duro no hay ningún controlador a nivel de firmware que impida que pueda abusarse de las tareas de escritura/lectura, haciéndolo envejecer prematuramente. O que ese controlador exista pero falle o que tenga algún defecto de fabricación.
Supongamos que en el S.O. que uses no funcione un mecanismo de salvaguarda. O que no exista. O que pueda ser manipulado.
Supongamos que un cabrito crea un software capaz de usar ese fallo de firmware del disco duro y que, además, conozca que en el S.O. existe un bug que facilita la explotación de ese fallo de hardware. ¿Con qué propósito? ¿Robarnos nuestra identidad, nuestros datos más íntimos, las puntuaciones del juego más molón del Google Play?
Son muchas suposiciones...
Pero, ¿podría suceder?
Sí, por suceder, puede. ¿Estimamos un tanto por ciento de posibilidades de que suceda?
¿Realmente lo estás calculando ahora?
Si es así, genial. Acabas de convertirte en profeta del apocalipsis del SGS3. Reúne víveres y armas para un futuro desenlace que solo tú conoces y valoras.