La mejor opción no es el arroz sino el alcohol isopropílico (el que se usa para limpiar monitores).
Quitáis la batería, lo sumergís medio minuto en el alcohol, lo escurrís bien y lo secáis con un secador de pelo a temperatura media pero a tope de flujo de aire.
El alcohol isopropílico conduce mal la electricidad, desplaza el agua y se evapora muy pronto.
Los profesionales lo hacen así.