¡Qué bonita escalera, brusapo! Por ahí hemos de pasar todos. Con Dios y la Virgen, nuestra vida será un camino bellísimo de rosas (con sus espinas); sin ellos será un zarzal de espinas (con algunos pétalos efímeros de rosa). Y al final del Camino, la Felicidad del Amor, del Amigo que nunca falla. Gracias, brusapo, a ver si nos regalas más cosas bonitas.
Paz para ti también, hermano.
El primer capítulo de la serie de la hermana Gabriela del Amor: La felicidad y el sentido de la vida.
(Continuará otro día)