Ni bien dichas, ni mal dichas, son palabras
inventadas para adornar algo y que parezca menos malo de lo que es en realidad, el que no sabe del tema, no se entera de nada, pero se lo cree.
En el artículo, el periodista utiliza esas palabras, que no tendrá ni idea de qué significan, pero es lo que le han dicho, y además queda muy bien puesta.