Se trata de un pacto de precio en toda regla. Ahora tocaría que la Comisión Nacional de la Competencia tuviera las ganas de poder demostrarlo para imponer una sanción ejemplar que las dejara temblando.
Es lícito que las tres grandes recuperen la inversión que han hecho en despliegue y mantenimiento de la red, pero hay formas y formas. Y la actual, no creo que sea ni legal, ni ética.