¡¡¡¡VICTORIAAAA!!!! ¡¡¡¡Y VIVA VICTORIAAA!!!!
Yo tenía un 'poblema'; es una larga (y me temo que típica) historia: en una Pequeña y Acogedora Tiendecilla de Barrio compré un teléfono 'libre', a precio económico, pero que ostentaba el logo de un conocido operador intensamente anaranjado. Al introducir mi 'simita' de operador verde-azulado, vi que podía efectuar llamadas telefónicas sin problemas, lo cual me llenó de satisfacción.
Pero (¡ah!) héte aquí que al ir a utilizar cualquier otra función propia de un smartphone, éste en concreto dejaba de ser del todo 'smart' y se ponía más bien ceporro y cabezón, insistiendo en conectarse a/de/por medio y con, única y exclusivamente, las aplicaciones del malvado dictador totalitario francés Monsieur du Naranjón: ¡ni siquiera el wifi podía 'hablarse' con el módem de mi propia casa! Tooodas las aplicaciones tenían que ser de ese intenso color que tanto daña la vista. Y, por supuesto, no admitía 'actualización' alguna venida de fuera...
¡Mi móvil-pda supuestamente liberado no era realmente libre: estaba tan sólo en libertad condicional!
Una libertad condicional de lo más cruel, constreñido por una camisa de fuerza de intenso color anaranjado que impedía toda libertad de movimientos y acciones...
¿Qué hacer? Dicen que el conocimiento es poder: supe que compartir cualquier tipo de propiedad intelectual sin ánimo de lucro NO es delito; supe que existen foros donde la gente comparte software; supe que -a pesar del aborregamiento reinante- todavía hay gente que lucha por actuar en libertad...
Y, a lo tonto a lo tonto, después de leer 'posts' providenciales y de descargarme 'cosillas' de aquí y de allá, ¡resulta que mi teléfono es libreeee! ¡Libreeee! Ahora sí, de verdad. Por fin.
Por eso, así, espontáneamente, sólo se me ocurre decir: ¡¡¡¡GRACIAS VICTORIAAAA!!!!